Convencido de que quiere aprovechar la segunda mitad del sexenio para que México cambie, el presidente Felipe Calderón Hinojosa reconoció que habrá resistencias, que ninguna será fácil de vencer, pero su deber es hacerlo con los riesgos y costos que implica.
Reveló que en este "medio tiempo" de su gestión se ha preguntado qué hacer en los últimos tres años, si "llevármela tranquila" y "administrar las inercias" o "echar toda la carne al asador", y optó por lo segundo. "Sé que el desafío es ir a fondo y que por mí no quede".
"Quiero ser un presidente que intentó transformar a México a fondo y espero ser al final de la administración alguien que lo haya logrado, independientemente de que muchos de los frutos de esas transformaciones, si se logran, no los veré como presidente de la República", subrayó.
Indicó que habrá que buscar y convocar la voluntad política para realizar los cambios, y reconoció una enorme responsabilidad de los partidos políticos, que ayer reaccionaron de manera favorable a su llamado, aunque "no es homogénea", dijo.
Definió que los beneficiarios de los cambios son la mayoría de los ciudadanos, en tanto que quienes se favorecen del "statu quo" o las resistencias a los cambios, son pequeños grupos o intereses.
Advirtió que tales grupos e intereses tienen más articulación y mayor voz y representación política que la población misma, "de manera tal que tenemos que articular a los ciudadanos para impulsar esos cambios".
También, dijo que se debe hacer ver a los grupos, a las resistencias, que lo mejor que nos puede pasar es que cada quien ponga algo, sacrifique algo de lo que tanto ha defendido en mucho tiempo, para que el país sea mejor, "y en un México distinto, que crezca más, ganamos todos".
Monserrat Balbin Echevarria Grupo 100
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