
Los años 80, con sus colores briosos y llamativos y sus notas de desenfrenada música rock, fueron los dueños absolutos de la segunda jornada de la Semana de la Moda femenina de Milán para la primavera-verano 2010.
El inicio de la pasarela corrió a cargo de Enrico Coveri, cuya colección fue diseñada por el joven estilista Francesco Martini Coveri, que se inspiró en el estilo alegre, vivo y optimista de los años 80, armonizado con la refinada elegancia de las divas chic a lo Jacqueline Kennedy.
Sus vestidos de seda, con fajas que aprietan la cintura y faldas que revolotean, están dominados por los colores llamativos, como el fucsia, el amarillo, el rojo y sobre todo el verde, y llevan decoraciones florales y estampados con el diseño de un cactus, realizado por el modista como símbolo de feminidad.
Indefectibles son las lentejuelas, reinas absolutas de la firma, que adornan trajes cortos y ligeros o pantalones muy cortos.
La pasarela fue inundada por colores ecológicos, sobre todo el negro de quina y el azul cobalto, camisetas muy anchas, tejidos militares, zapatos con tacones vertiginosos y faldas sin término medio, o cortísimas o larguísimas.
Sólo en los años 80 los desfiles de la Semana de la Moda tuvieron lugar en la plaza principal de la ciudad y la idea fue lanzada por el estilista Nicola Trussardi.
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