A las 7:19 de la mañana del 19 de septiembre de 1985 el suelo se sacudió bajo la ciudad de México: un sismo de 8,1 grados en la escala Richter realizó su obra destructiva durante más de dos minutos.
La estadística oficial de muertos rondó entre los siete y ocho mil, y hasta se sugirió que podían superar los diez mil.
Unas cuatro mil personas pudieron ser rescatadas de los escombros que las cubrían, algunos hasta 10 días después del terremoto.
En especial se recuerda el "Milagro del Hospital Juárez", donde tres recién nacidos fueron rescatados con vida después de siete días sin haber recibido ni agua, ni alimentos, ni abrigo. De los restos retorcidos del hospital salieron vivos un total del 14 bebés.Aproximadamente unos 880 edificios resultaron completamente destruidos, y cerca de otros tres mil sufrieron daños considerables, de modo que algunos de ellos tuvieron que ser demolidos.Además de los muertos, heridos y la gente que perdió sus hogares, se calcula que entre 150 y 200 mil personas perdieron sus empleos por razones relacionadas con el sismo.Veinticuatro años después, un nuevo paisaje se levanta en el Valle de México. Allí donde los edificios se cayeron, hoy se levantan parques, estacionamientos y centros comerciales.Las nuevas generaciones saben poco sobre un hecho que hoy parece lejano. Los mayores quieren olvidar.Algunos aún se preguntan si la ciudad está preparada para soportar otro sacudón similar: si las construcciones antisísmicas resistirán, si la defensa civil resultará eficiente y adecuada. Pero la mayoría trata de no pensar que la tierra bajo sus pies no es tan firme como parece.
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