La soledad no es sólo silencio, es el reencuentro con nosotros mismos, pero...¿qué persona es capaz de convivir con si yo interior, con su yo verdadero? A menudo rehuimos a la idea de estar solos, por el miedo a confrontarnos y a perdernos en nuestros propios pensamiento y sentimientos, de ahí la necesidad de estar siempre acompañados. Todos necesitamos compartir con alguien más, y también guardarnos para nosotros mismos, lo ideal sería encontrar un balance entre ambos; algo que por lo general no encontramos.
Hoy en día, los avances tecnológicos nos permiten una comunicación casi inmediata y a largas distancias, la pregunta que les formulo es: ¿esta comunicación es sinónimo de estar más acompañados, más unidos, o menos solos?
Hoy las grandes ciudades están llenas de solitarios y es una epidemia que va en aumento. La gente cada día se abraza y se entraña menos, y mientras la relación cuerpo a cuerpo, persona a persona se debilita, la relación a distancia, máscara a máscara aumenta y prolifera.
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