El presidente Felipe Calderón llamó a que el año 2010 sea el año del cambio pacífico, profundo y sustancial.
Al encabezar en la explanada a Francisco I. Madero en la residencia oficial de Los Pinos, la ceremonia del 99 aniversario de la Revolución mexicana, el titular del Ejecutivo federal llamó a discutir y a atreverse a transformar a México.
El 2010, dijo tiene que ser el año de la transformación pacífica, profunda en intensa.
Calderón recalcó que se tiene que cambiar lo que se deba de cambiar independientemente de lo que ello implique.
Esto será el mejor homenaje para conmemorar el centenario de la Revolución y el bicentenario de la Independencia.
Planteó que el 2010 debe ser el año de la inflexión, punto de cambio. Recalcó que México debe estar sobre todo unido por su pluralidad, misma que es fortaleza y no obstáculo para superar las diferencias.
El presidente Calderón también planteó debatir la historia de México, pero discutirlo sin mitos, sin prejuicios ni exclusiones.
Calderón sostuvo que la Revolución no fue hecha por ángeles ni demonios sino por personas con defectos y virtudes.
Estas declaraciones realizadas por el presidente han levantado críticas positivas y negativas en la gente. Creo personalmente que no tiene nada de malo hacer este tipo de propuestas, y me da gusto ver iniciativa en el presidente.
Eso si, tenemos que tener muy presente el hecho de que un verdadero cambio no viene por la iniciativa de un presidente, y ni siquiera de las buenas intenciones que todos podamos tener. El buen cambio viene de una decisión personal y de un compromiso verdadero de cada uno de nosotros. Un compromiso con nosotros mismos y con los demás de no anteponer nuestros deseos al bien común, al orden... a lo correcto.
Puede sonar idealista, pero sin tener esto en mente no vamos a llegar ninguna parte. Podemos inentarlo no creen?
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