El trabajo llevado a cabo por el profesor del Instituto de Ingeniería Láser de la Universidad de Osaka (Japón) Shinsuke Fujioka, probó que el uso de un láser de 300 gigavatios para causar la implosión de una delgada lámina de silicio puede devenir en plasma fotoionizado.
Este tipo de plasma, mucho más difícil de producir que el convencional, da lugar a un espectro de rayos X que puede ser detectado por algunos satélites que orbitan alrededor de la Tierra.
Los plasmas en su mayoría, incluso aquellos que ocurren en el Sol, son gases ionizados cuyo átomos han perdido o ganado electrones debido a cargas eléctricas, en el caso de las estrellas calientes por las altas temperaturas.
La ionización de los plasmas en las cercanías de un agujero negro, sin embargo, se lleva a cabo por la acción del inmenso flujo de fotones generados por la materia que es absorbida por el agujero negro.
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Monserrat Balbin Echevarria Grupo 100
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