El 14 de enero del año pasado, María Gabriela Gasca, casada con un ciudadano españoly residente en Barcelona desde hace 8 años, acudió a renovar su permiso de residencia. Sin embargo, una letra equivicada en el apellido de su marido escrita en el acta de nacimiento se lo impidió.
Y de manera sorprendente la subdirectora de la delegación del gobierno de Villasar de Mar, en Barcelona, Montserrat Domingo, le llamó para decirle que todo se iba a solucionar. Y efectivamente, al día siguiente ya estaba todo resuelto.
martes, 25 de agosto de 2009
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